El sistema penitenciario en México enfrenta una crisis estructural y jurídica, caracterizada por el incumplimiento de los derechos humanos, el uso excesivo de la prisión preventiva y la falta de supervisión efectiva. A pesar de los esfuerzos por modernizar el marco legal con la Ley Nacional de Ejecución Penal (2016), la brecha entre la norma y su aplicación sigue siendo profunda. Las cárceles mexicanas se encuentran sobrepobladas y en condiciones precarias, con miles de personas privadas de la libertad sin sentencia, lo que vulnera el principio de presunción de inocencia.
Además, existen grandes desigualdades entre los sistemas penitenciarios federal y estatal, donde la falta de recursos y la corrupción agravan la crisis. A nivel internacional, aunque México ha ratificado tratados en materia de derechos humanos, la implementación de estándares globales sigue siendo deficiente. El concepto de reinserción social, fundamental en la política penitenciaria, sigue sin materializarse debido a la ausencia de programas efectivos de educación, trabajo y capacitación.
El libro analiza estos problemas jurídicos desde un enfoque multidisciplinario, contrastando el caso mexicano con experiencias de otros países como Colombia, donde se han implementado reformas penitenciarias con distintos niveles de éxito. Se proponen soluciones concretas, como la reducción de la prisión preventiva, la armonización normativa con estándares internacionales y el fortalecimiento de la supervisión penitenciaria.
Este trabajo busca contribuir al debate académico y político, ofreciendo herramientas para la transformación del sistema penitenciario mexicano hacia un modelo más justo, eficiente y humano.