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Los medios de comunicación internacionales a menudo retratan a las mujeres involucradas en el narcotráfico de manera estereotipada y sensacionalista. Frecuentemente se les presenta como meras acompañantes o "mulas" de los narcotraficantes masculinos, ignorando su capacidad para tomar decisiones y participar activamente en el negocio del narcotráfico. Además, se tiende a objetivar y sexualizar a las mujeres, enfocándose en su apariencia física y en su papel en las relaciones sentimentales con los narcotraficantes, en lugar de analizar su participación en el tráfico de droga de manera objetiva y crítica.

Asimismo, estos actores internacionales a menudo ignoran las realidades socioecónomicas y vulnerabilidades que pueden llevar a algunas mujeres a involucrarse en el narcotráfico. Muchas de ellas participan en el tráfico de drogas debido a la falta de oportunidades económicas, la presión social o la violencia de género, entre otros factores. Es primordial abordar estas cuestiones de manera integral y comprender que las mujeres involucradas no son simplemente "villanas", sino que pueden ser víctimas de circunstancias difíciles.

Cabe mencionar, cómo los medios de comunicación olvidan el impacto negativo que el nacotráfico tiene en las mujeres, especialmente es las comunidades más vulnerables. Por ejemplo, muchas de ellas viven en áreas controladas en las que enfrentan abuso y pérdida de seres queridos. Además, las políticas represivas tienen un enfoque de género ciego, lo que significa que las mujeres que lo practican por decisión o no, son arrestadas, encarceladas y enfrentan discriminación y violencia en el sistema de justicia.

En México, la prevención y atención de la violencia de género se posiciona como un tema prioritario en la agenda de los gobiernos federales, estatales y locales, atendidos desde la transversalidad de los marcos legales que corresponden al orden nacional y también de los diversos tratados y acuerdos internacionales de los que México forma parte, mismos que buscan establecer mecanismos de protección de los derechos humanos. De los más relevantes en materia de género son La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) ratificada por México desde 1981, que establece los derechos fundamentales de las mujeres y obliga a los Estados a tomar medidas para prevenir y eliminar la violencia de género, así como La Convención Belem do Pará, que define los derechos de las mujeres para vivir una vida libre de violencia y las obligaciones que tienen los Estados para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra las mujeres.

En 2020 se llevó a cabo la emisión de la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género por agravio comparado (aborto) y por Feminicidio contra las Mujeres en varias entidades federativas de México gracias al sustento de los tratados internacionales antes mencionados, lo que permitió implementar medidas especiales para atender la violencia de género en esas zonas.

A pesar de estos avances, la violencia de género sigue siendo un problema grave. Se requiere un esfuerzo continuo y coordinado entre el gobierno, la sociedad civil y la comunidad internacional para su atención y erradicación.

La trata de niñas, niños y adolescentes (NNA) migrantes con fines de explotación sexual en México es un fenómeno de alarmante magnitud, cuya presencia está lejos de ser eliminada. Su existencia depende de factores relacionados con dos sistemas que ejercen dominación conjunta hacia las mujeres y las personas menores de edad: el sistema capitalista y el sistema patriarcal. Aunado a ello, existe un contexto donde el crimen organizado se ha encargado de transformar las relaciones socio-culturales que normalizan la violencia, incluído el consumo de cuerpos para satisfacción sexual. La socialización de conductas y narrativas violentas inducidas por estos grupos ha ocasionado una resignificación de los valores sociales, que permiten la perpetuación de la cosificación y mercantilización de niños migrantes en la zona norte de México. Este trabajo pretende explicar la manera en la que el crimen organizado ha comenzado a influir en el sistema de creencias de la sociedad mexicana, a través de la teoría del campo de poder de Pierre Bourdieu. Para ello, este documento se dividirá en cuatro partes.

En primer lugar, se describirá la relación entre migración de NNA y trata de personas. Seguidamente, se identificará influencia del sistema sexo-género en este fenómeno. Posteriormente, se ahondará en las relaciones de mercado generadas a partir de este sistema, las redes de crimen organizado y su poder en la construcción de la realidad de la sociedad mexicana bajo un contexto de impunidad. Por último, se presentarán las conclusiones principales del análisis y consideraciones para futuras investigaciones.