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China es una de las potencias más importantes en el mundo actual en términos de geopolítica, economía y energía. Su influencia se extiende más allá de sus fronteras y afecta directamente a la estabilidad y prosperidad de la región Asia-Pacífico y a nivel mundial.

En términos de geopolítica, la Guerra de Corea y la intervención de China en ella fueron eventos cruciales que tuvieron un gran impacto en la política y la historia del siglo XX. A 70 años de su fin, su importancia aún se mantiene vigente. La guerra representó una victoria táctica para China, que logró mantener su frontera norte y consolidar su posición como una potencia militar importante en la región.

En cuanto a la economía, China es el segundo país más grande del mundo en términos de PIB nominal y el primero en términos de PIB a paridad de poder adquisitivo. El país está en proceso de convertirse en una economía basada en la innovación, lo que ha llevado a la creación de nuevas industrias y a la transformación de su estructura económica.

En cuanto a la energía, China es el mayor consumidor de energía del mundo y el mayor emisor de gases de efecto invernadero. A medida que su economía sigue creciendo, la demanda de energía también aumenta.

Este trabajo tiene como objetivo analizar el papel cada vez más relevante de China en el sistema monetario internacional, subraya el rol que tiene actualmente, así como sus posibles alcances como parte de una estrategia para desafiar al dólar estadounidense y robustecer su posición internacional. Para lo anterior, se examinan dos aspectos centrales: el aumento creciente del uso de yuan en su comercio internacional, sobre todo en alianzas multilaterales como los BRICS y el impulso de un sistema financiero paralelo al de occidente.

En la actualidad, China está dentro de las primeras posiciones en términos de producción y comercio internacional, lo que posiciona a este país como la segunda economía a nivel mundial. También, China es el país número uno en manufactura, lo que se traduce en un gran comercio internacional, que hasta hace un par de años sus transacciones las realizaba principalmente en dólares americanos, sin embargo, en los últimos años y a raíz de la pandemia del COVID-19, la invasión rusa a Ucrania y la sucesiva cadena de sanciones por parte de occidente a Rusia, a impulsado a China para considerar y actuar con más cautela respecto a las implicaciones del uso del dólar en sus transacciones y los posibles riesgos que esto conlleva.

La seguridad energética de China es un tema muy importante y relevante para el país, ya que es el mayor consumidor de energía del mundo y depende en gran medida de las importaciones de energía. China es un importador neto de petróleo, gas natural y carbón, lo que significa que su seguridad energética se ve amenazada por las fluctuaciones del mercado energético global y por los riesgos geopolíticos.

En la presente ponencia se analizará la seguridad energética de China a partir de los postulados del XIV plan quinquenal 2021-2025, que fomenta la diversificación de sus fuentes de energía, fomentando el uso de energías renovables, como la energía solar y eólica, y la energía nuclear.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, China sigue siendo vulnerable a los riesgos energéticos. Los precios del petróleo y el gas natural son volátiles, lo que puede afectar a la economía china. Además, la dependencia de China de las importaciones de energía la hace sensible a los riesgos geopolíticos, como los conflictos en Oriente Medio o los enfrentamientos con los países productores de energía.

China es un país que ha roto con los esquemas económicos occidentales dominantes, orientando su devenir económico bajo la batuta gubernamental y a través de planes quinquenales -reminiscencia del socialismo-, pero que a la postre ha demostrado su eficacia al colocarlo como un líder mundial, por ejemplo, como el principal atractor de inversión extranjera directa (IED), el mayor exportador mundial de manufacturas, el más importante productor de energía renovable a nivel global, etc. En este sentido, no es de extrañar que desde hace algunos años se realicen numerosos estudios sobre este gigante asiático con el objeto de comprender las razones de su ascenso después de haber superado una etapa de aislacionismo y claro rezago económico.

Este es un estudio exploratorio que se suma al interés de conocer a mayor profundidad a este país; por lo que presenta datos sobre el número de aplicaciones de patentes como medida de innovación en el ámbito internacional entre 2011 y 2021; así como una somera distribución en el periodo 2009-2020 del mismo indicador pero en el contexto de las seis regiones de China continental, que excluyen a Hong Kong, Macao y Taiwán por poseer una dinámica diferente como resultado de su especificidad histórica.