Programa de actividades

Desde el último cuarto del siglo XX, el declive hegemónico de los Estados Unidos ha sido acompañado por el surgimiento de múltiples centros de poder, que compiten por la hegemonía mundial. Esto ha generado una caótica situación que se ve exacerbada en el siglo XXI por la fragmentación de la economía mundial en bloques y subsistemas regionales que desafían los procesos de interdependencia y globalización, alimentando incluso distintas formas de nacionalismos en las que los Estados y los pueblos buscan afirmar su autonomía frente a los poderes dominantes. Considerando esas tendencias, el objetivo del panel es reflexionar sobre la reestructuración del moderno sistema mundial y el surgimiento de nuevos centros de poder, formas de organización y hegemonías, en un proceso mundial incierto, en el que no se descarta el riesgo de más desorden y conflicto.

En lo que va del siglo XXI, China parece haber dirigido sus esfuerzos en la construcción de un conjunto de instituciones y procesos de cooperación multilateral que se presentan como una especie de subsistema interestatal alternativo al que surgió luego de la Segunda Guerra Mundial bajo la hegemonía mundial de los Estados Unidos. Así que China parece emular la estrategia hegemónica de los estadounidenses, pero antes de que ese país asiático se convierta en hegemónico. Ante ello, surge la hipótesis de que China estaría desarrollando una suerte de "emulación temprana" de la hegemonía y por eso este trabajo busca analizar ese momento previo o “temprano” respecto de aquel en el que podríamos considerar claro el surgimiento de una nueva potencia hegemónica. Siguiendo un enfoque teórico-metodológico de Economía Política critica desde los análisis de Sistema-Mundo, se discute la construcción del consenso multilateral y los procesos de cooperación en el marco de “una comunidad de futuro compartido”, que propone el gobierno chino.

Desde la década de 1970, el extraordinario ascenso de China en la política y la economía mundial parece desafiar la posición de predominio de los Estados Unidos como potencia hegemónica del del moderno sistema mundial. Esto ha generado preocupaciones de que los dos países puedan encaminarse hacia un conflicto, sobre todo porque los Estados Unidos, lejos de aceptar el fin de su predominio, parecen buscan reposicionarse a toda costa en la escena mundial. Bajo la hipótesis de una escalada de conflicto global producto de la transición hegemónica en curso, desde los Estados Unidos a China en el siglo XXI, el objetivo de este trabajo es discutir la dinámica de tensiones sistémicas en un mundo cada vez más caótico y fragmentado.

El declive relativo de la hegemonía mundial de los Estados Unidos desde el último cuarto del siglo XX se vislumbra en la pérdida de su capacidad económica y militar para mantear el orden internacional que ellos mismos crearon en la segunda posguerra. Esto ha llevado al mundo a la fragmentación en bloques, en ocasiones con procesos nacionalistas que reducen la capacidad de cooperación entre las naciones, tal y como sucedió en el perdido de entre guerras, cuando Gran Bretaña perdió su predominio en la política mundial y la inestabilidad sistémica llevó a una de serie de tensiones interimperialistas, que marcaron del fascismo y otras derechas radicales en el panorama europeo. Hipotizando cierto paralelismo entre la inestabilidad sistémica de la primera mitad del siglo XX, este trabajo sigue la consigna de Rosa Luxemburgo, sobre “socialismo o barbarie” con el objetivo de discutir la crisis multidimensional que enfrenta Europa en el siglo XXI, en la que se solapan recíprocamente las medidas de austeridad de algunos Estados, el aumento de refugiados, la falta de consensos de la socialdemocracia y el regreso de la derecha radical.