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El 2030 está a la vuelta de la esquina y las tendencias económicas globales de los últimos años han afectado la capacidad de los países para gestionar y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La creciente desigualdad económica, las crisis políticas, la pandemia de covid-19 y la creciente preocupación por la sustentabilidad han puesto de relieve la necesidad de replantear los sistemas económicos y sociales para gestionar de mejor manera la globalización y la incertidumbre a través de la cooperación internacional.

El turismo como actividad económica globalizada, no es ajeno a los efectos de las dinámicas políticas y económicas mundiales, por un lado, el crecimiento de la movilidad internacional, las reivindicaciones territoriales e identitarias, el recrudecimiento de la inseguridad y el avance tecnológico modifican la geopolítica del fenómeno turístico; y por otro lado, el sector también posee un potencial importante para apoyar el desempeño económico de los países e incidir en el cumplimiento de los ODS, por ello el presente panel se propone como un espacio para debatir sobre el papel del turismo como variable que directa o indirectamente interviene en el desarrollo económico y social de los países desde una triple perspectiva: innovación, sostenibilidad e inclusión.

Diversos autores y organismos gubernamentales sostienen que el turismo es una de las actividades de más rápido crecimiento y con mayor resiliencia, destacando su papel como sector generador de empleos y potencializador para el desarrollo de infraestructura y servicios públicos. En 2020 cuando el virus SarsCov2 fue declarado pandemia, la actividad turística generaba 1 de cada 10 empleos a nivel mundial y contribuía directa e indirectamente con el 10% del PIB. Solo un par de semanas después de declarada la pandemia el 100% de los destinos mundiales aplicaron restricciones en los viajes y el 72% cerraron por completo sus fronteras al turismo internacional interrumpiendo de manera abrupta el proceso constante de apertura e interconexión de las últimas décadas. La pérdida de empleos repercutió en el crecimiento económico, pero también en la desigualdad y la pobreza, cuestiones que volvieron a cobrar fuerza. Esta experiencia pone en evidencia que el turismo también es un sector que se caracteriza por la diversidad, la complejidad y la fragmentación de su mercado de trabajo por lo que pensar que la sola generación de fuentes de empleo incidirá en la reducción de la pobreza y la mejora en la inclusión de las comunidades es un error. La presente ponencia aborda los retos de carácter social que enfrenta la actividad turística para cumplir con el papel clave que le han otorgado organismos internacionales dentro de los ODS y en los que aún tiene mucho camino que recorrer de cara al 2030

A 30 años del pronunciamiento de la política de desarrollo sustentable y de los buenos propósitos planteados por sus objetivos, las consecuencias resultan alarmantes y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el 2030 cada vez son más inalcanzables. En este sentido la actividad turística se cuestiona el papel que juega ante el modelo de desarrollo sustentable y como reorganizar la toma de decisiones de manera que realmente contribuya al mejoramiento de las condiciones sociales y ambientales del país y del mundo. La propuesta consiste en analizar el potencial del ODS 9 para cambiar el devenir de la actividad impulsando el desarrollo regional y el bienestar social con modelos sui generis que permitan reposicionar al turismo como una actividad estratégica que marque tendencia a nivel mundial. Así, la actividad turística deberá incidir en el fortalecimiento de las metas propuestas para el 2030, a través de acciones concretas dentro de la Industria, innovación e infraestructura, bajo el contexto de un nuevo modelo cuyo eje rector sea la industria alimentaria y artesanal, con el soporte que le pueda proporcionar el turismo rural e incluso el agroturismo. La propuesta es que los procesos de producción de actividades turísticas se deben fortalecer mediante la innovación, generando mayor participación de los turistas y por lo tanto nuevas experiencias recreativas con la consecuente apropiación de los productos diferenciados que cada región desarrolle; aunado a la modernización de infraestructura que posibilite los traslados y el desarrollo de servicios apegados al nuevo orden social y turístico

En el año 2015 en un foro histórico de Naciones Unidas aprueban los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) estableciendo criterios y metas para el 2030 hacia un desarrollo sostenible atendiendo los problemas de marginación, desigualdad económica, hambre, pobreza, cambio climático, deterioro de los recursos naturales y generación de residuos entre otros. Los ODS son producto de grandes deliberaciones y negociaciones internacionales teniendo como antecedentes algunos como el Club de Roma (1972), Informe de Brundlandt (1987), Agenda XXI (1992), Johannesburgo, la cumbre de Río, y los objetivos del milenio. En turismo destaca la definición de Turismo Sostenible, el Código de Ética y la Carta de Turismo en Lancerot, España (1995), En el seguimiento a los ODS juega un papel importante el turismo por su carácter global, importancia socioeconómica y ambiental. El turismo, en su dinámica, debe considerar variables exógenas relevantes como la globalización, el desarrollo tecnológico, la innovación, las enfermedades como la pandemia y el cambio climático.

Considerando lo anterior, este trabajo pretende identificar y analizar los planes, programas, disposiciones jurídicas y compromisos internacionales en el sector turístico de México que contribuyen a alguno de los ODS para conocer el impacto actual o futuro del sector en el desarrollo económico del país, para ello, se retoma un período que va de 2015 a 2022.

En el año 2015, la ONU planteó para el mundo 17 objetivos integrados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible del planeta. Dicho documento esboza los retos que, bajo el concepto de la racionalización de los recursos y en un contexto de globalización y crisis del modelo de producción actual, se enfrentan para mitigar los impactos que los grandes agregados operativos de la actividad humana ejercen sobre la naturaleza y el medio ambiente del planeta. Sin embargo, aun cuando los objetivos planteados son de gran valor, se ha soslayado la importancia de un fenómeno natural cuyo significado condiciona, sin mediar, la aplicación de las estrategias y la consecución de cada uno de dichos objetivos, es decir, la demografía y sus principales problemas, fundado en que, la cambiante estructura demográfica se percibe como un factor clave que afecta el futuro de la cotidianeidad humana y la de todos los sectores de la economía, incluido el turismo.

El envejecimiento de la humanidad plantea un ciclo natural de auge y caída, de destrucción creativa e innovación (Schumpeter,1934), en el sentido de ejercer una notable influencia en el desarrollo del turismo en las décadas por venir, obligando a un constante cambio en las estructuras del sector, principalmente en la vertebra de la oferta de los diferentes destinos turísticos de México.

La presente ponencia tiene como objetivo identificar los nuevos retos de la demografía, y las necesidades del turismo en México frente a la tendencia del envejecimiento poblacional de frente al 2030 y 2050